A unas 30 millas de la costa castellonense encontrarás las Islas Columbretes, compuestas por los islotes Grossa, Ferrera, Foradada y Carallot. En su conjunto conforman un tesoro natural en pleno Mediterráneo. Son parte integral de una reserva con límite de visitantes diarios.
La isla Grossa es la elegida para practicar snorkel y también para dar un paseo con calma por la isla y su entorno, ya que cuenta con el majestuoso faro de Les Columbretes, una joya histórica que data del siglo XIX.
Estas islas ofrecen además distintas actividades gracias a que albergan una riqueza de flora y fauna endémica impresionante. Especies como el lagarto de Les Columbretes y la gaviota de Audouin encuentran refugio en este santuario natural.
Sicilia es la isla más grande de Italia y ofrece a sus visitantes playas excepcionales y pueblos con encanto con un gran número de ruinas antiguas y yacimientos arqueológicos.
Empiezo por Palermo, la capital, que es mezcla de antiguas y distintas culturas. La ciudad te invita a caminar para descubrir a pie su majestuosa catedral, el soberbio Teatro Massimo, el estilo árabe del impresionante Palacio de los Normandos, con la Capilla Palatina, y el más perfecto estilo barroco en la intersección Quattro Canti.
No puedes dejar de visitar el mercado de Ballarò, evocador de un zoco, pues en su organizado caos es donde bulle la verdadera esencia palermitana. Y a sólo 15 km de la ciudad encontrarás la maravillosa Catedral de Monreale.
Es una belleza el Odeón (donde se realizaban competiciones de canto), el anfiteatro y los restos del foro, además de sus testimonios bizantinos, árabes, normandos, suevos y aragoneses. Es un placer perderse por sus calles y descubrir la Piazza del Duomo, con la estatua de piedra volcánica de un elefante, símbolo de la ciudad, y la catedral de Santa Ágata, el Teatro Bellini, el Mercado del Pescado y la Via Etnea, desde donde se aprecia el volcán Etna.
Siracusa abarca una zona moderna y un encantador casco antiguo, asentado en la isla de Ortigia. En esta isla todo es atractivo, desde la plaza del Duomo, el puerto, el jardín de Aretusa, con su hermosa fuente, y la playa de Cala Rossa. Además, te cautivarán el Castello Maniacce, la Fuente de Diana y los templos de Atenea y de Apolo.
Sus playas son espléndidas, bañadas por un mar tan azul que emociona. La más cercana al núcleo urbano es Mazzarò, ideal para descansar, mientras que la playa de Giardini Naxos atrae a quienes adoran practicar deportes acuáticos, desde kayak a windsurf y submarinismo. Anímate y sube los 300 escalones que conducen a la Virgen de la Roca a través del llamado Vía Crucis.
No te pierdas la catedral de San Nicolás y el palacio de los duques de Santo Stefano, excelentes ejemplos de la arquitectura de la región.
Las islas Eolias constituyen un auténtico paraíso justo al norte del territorio principal de Sicilia. Este pequeño archipiélago está compuesto por 7 formaciones insulares y en él podrás pasar horas y horas de excursiones y relax. La más grande y animada es Lipari y resultan fascinantes Salina, Panarea, Alicudi y Filicudi, islas coloreadas por rocas, piscinas naturales verdeazuladas y exuberante vegetación mediterránea.
El color de la luz de la ciudad de Noto es único y mágico. Es la culminación y florecimiento de la última etapa del arte barroco. Cada año, el tercer domingo de mayo se celebra la Fiesta de la Flor y a la que turistas y curiosos de todo el mundo acuden para admirar el espectáculo en el que se convierte la ciudad.
Detente a admirar la Porta Reale, la iglesia de San Francisco de Asís, la catedral de San Nicoló, la iglesia de San Carlo y la Plaza del XVI de Mayo.
Visita la Chiesa di Santa Maria dei Greci, para contemplar su patio y los frescos del siglo XIV en el interior. En el punto más alto de Agrigento se encuentra el magnífico valle de los Templos, declarado Patrimonio de la Humanidad. Allí está también el jardín de Kolymbetra, con su agradable atmósfera de paz.
Cefalú es un pintoresco pueblo ubicado en la costa norte de Sicilia, un lugar idílico con fuertes raíces pesqueras, calles que invitan a perder la noción del tiempo y una de las mejores playas de la isla. Recorre sus callejuelas adoquinadas, bordeadas de casas en tonos miel, con balcones de los que siempre cuelga la colada. En el barrio medieval puedes visitar la catedral normanda, una estructura del siglo XII.
El pueblo medieval de Erice te conduce al pasado. La Porta Trapani da entrada a la ciudad, donde se encuentran atractivos como el Duomo dell’Assunta con la Torre del Rey, el monasterio de San Salvador y la iglesia de San Martino, ambos situados en la Via Vittorio Emmanuele. En tu recorrido verás plazas y numerosas iglesias, hasta llegar al precioso Giardino del Balio. Al atravesarlo aparece ante ti el recio Castello di Venere, que ofrece unas fabulosas vistas.
Favignana es la más grande de las islas Ágatas y está situada a algo más de 28 km de Trapani en dirección sudoeste. Puedes acceder a ella fácilmente en ferri. Una vez allí, en esta formación insular con forma de mariposa descubrirás una costa repleta de fascinantes y bellas calas, grutas y playas. Visita su pequeño puerto, dominado por el fuerte de Santa Catalina, una antigua torre vigía que construyeron los árabes.
Es un bonito pueblo de pescadores situado casi en el extremo sur de la isla. Su plaza principal parece sacada de una postal, pues las antiguas casas de los pescadores se han convertido en restaurantes y clubes pintorescos. Desde la iglesia de San Francesco da Paola discurre, cada año, la procesión de la patrona.
Reserva del Zingaro
La reserva natural de Zingaro está ubicada a 117 km al oeste de Palermo. Aquí podrás contemplar paisajes espectaculares en una costa adornada con pilas de roca y grutas excavadas en acantilados de piedra caliza. Darte un baño en sus aguas es una delicia.
La catedral de la Santa Cruz, que data del siglo X, es una de las joyas de la preciosa Isla de Akdamar, en Turquía. Perfectamente restaurada, es un vestigio poco común de la población armenia del lago Van. El exterior es de color miel y está decorado con bellos relieves.
Tras la visita, puedes subir la colina de la isla para disfrutar de las mejores vistas del lago, rodeado de montañas salpicadas de almendros en flor. No es posible alojarse en la isla, pero puedes hacerlo a orillas del lago en el Doubletree by Hilton Van · http://ow.ly/Kakn50N542j
Otro destino turco interesante es la isla de Cunda (Alibey), que forma parte de un archipiélago cercano a Lesbos (Grecia). Es un lugar muy bohemio y con el encanto que ofrece el mar Egeo, con sus bonitas playas, sus calles empedradas y las ruinas de catedrales y monasterios.
Haz una pausa para tomar un té turco en el café más conocido de la isla, el Tas Kahve, y prueba la gastronomía típica, en la que el aceite oliva es uno de los protagonistas esenciales. El Hotel Sobe, en el corazón de la ciudad, es uno de los recomendados · http://ow.ly/fg5O50N5K80
El Archipiélago de los Príncipes lo componen 9 islas ubicadas en el mar de Mármara y se caracterizan por la tranquilidad, ya que los coches no pueden circular en ellas. Sí lo hacen los faetones, carruajes con los que conocer sus perfumadas calles rodeadas de mansiones de madera.
Büyükada (‘isla grande’) es la mayor. Después le siguen Heybeliada, Burgazada y Kınalıada, hasta las más pequeñas Sedef Adası, Yassıada, Sivriada, Kaşık Adası y Tavşan Adası. La conexión con Estambul es vía ferri. Booking recomienda este hotel · http://ow.ly/r1oO50N6WnN
En la isla de Bozcaada puedes encontrar torres de reloj en ruinas, tabernas griegas y casas encaladas y, al mismo tiempo, una mezquita y restos importantes de la arquitectura otomana. Fusión máxima en el Egeo. La cocina de esta isla es mediterránea y combina sabores de ambas tradiciones.
Es conocida como Tenedos en griego y su cultura vinícola es evidente, ya que las vides cubren casi todas las colinas de la isla. En el mercado de comida artesanal (cerca del puerto) puedes comprar lo más típico: la mermelada de tomate, una delicia. 😋
Gökçeada, la mayor isla de Turquía, es mencionada como la isla de Poseidón en La Ilíada de Homero. En tiempos modernos, también aparece en Love is the air 😅 (abajo os dejo un video sobre ello). En un paisaje montañoso y árido, sus playas de agua cristalina son un refugio perfecto.
Un buen plan es recorrer los pueblos de Tepeköy, Dereköy y Zeytinliköy, con sus calles empedradas e iglesias históricas. No olvides probar las efibadem (galletas de almendras) y las cicirya (pastas griegas rellenas de queso de cabra fundido con menta y tomillo).
En las pinedas de la península de Gallipoli puedes tomar el ferri para llegar a la isla y aquí encontrarás los alojamientos destacados http://ow.ly/rt5f50N8qm1.
La isla de Formentera se encuentra en el mar Mediterráneo y forma parte del archipiélago balear. Junto a Ibiza conforma las Islas Pitiusas, separadas por tan solo 2 millas náuticas (unos 3 km).
Formentera es la isla habitada más pequeña de las Baleares (83,2 km2) y cuenta con una peculiar forma recortada que hace que tenga una gran extensión de costa (69 km) compuesta de numerosas playas y calas además de curiosos rincones costeros.
Cuenta con un perfil muy plano en el que su punto más alto es sa Talaïassa, en el altiplano de la Mola, a únicamente 192 metros sobre el nivel del mar.
Es una isla accesible y cómoda de transitar. Podemos recorrerla en su mayor parte en bicicleta a través de sus rutas verdes, además de por su interior rural donde nos encontraremos con pueblos de auténtica esencia mediterránea. Además de la bicicleta, también podemos usar vehículos a motor para movernos fácilmente en su pequeña red de carreteras. Su arteria principal (PM-820) atraviesa la isla de este a oeste entre el puerto de La Savina y el faro de la Mola, separados por lo que supone la mayor longitud de la isla, poco menos de 20 km.
Para acceder a la isla únicamente podemos hacerlo en barco y, por regla general, Ibiza sirve de conexión con Formentera y el resto del mundo, ya que de Ibiza a Formentera el trayecto en barco supone unos 35 minutos.
Desde el momento en el que desembarcamos en Formentera podemos respirar ese aire de calma tan característico y enseguida nos sentiremos cautivados por sus gentes, su atmósfera inigualable y sus aguas, únicas por su transparencia y color turquesa que nos evocan latitudes tropicales.
A medio camino entre Islandia y Noruega, un total de 18 islas colorean el azul del Atlántico Norte. Las Islas Feroe son un paraíso para los amantes de la naturaleza y las aves marinas. Llueve prácticamente la mitad del año, pero esta belleza bien vale un chubasquero.#faroepic.twitter.com/kbzYjajzjh
Antes de que se me olvide, unas amables ovejas pueden hacerte un minirecorrido previo por la isla · https://t.co/JJUIB7Wr6v · El proyecto Sheep View 360 incorporó cámaras de vídeo a estos animalitos para mostrar imágenes de las islas con la ayuda de dos lugareños.#faroeislandspic.twitter.com/nnx8qkMiHV
Las casas, muy al estilo danés, ofrecen colorido a esta pequeña ciudad (centro neurálgico) y a su puerto, por el que es una delicia pasear y degustar la gastronomía local, basada en el salmón, el bacalao y los arenques, si hablamos del mar. #islasferoe#viajarpic.twitter.com/gnU7KRPOtt
En Mykines y Suðuroy destaca su gran cantidad y variedad de aves y, en Vágar, las dos cascadas más fotografiadas por los visitantes, Mulafossur y Bøsdalafossur. Saksun es una aldea preciosa y el lago Sørvágsvatn protagoniza una curiosa ilusión óptica.#naturaleza#bellezapic.twitter.com/xJySS0Rnud
La conectividad entre las pequeñas islas se realiza mediante puentes y túneles, una de las novedades de estos últimos años. Por ejemplo, Streymoy está comunicada con Vágar, y Borðoy con Viðoy y Eysturoy. Las menos accesibles se unen mediante el ferry.#travel#destinospic.twitter.com/UdLMyxafBA
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La sierra de Tramontana vertebra el noroeste de Mallorca, ocupando un vasto territorio que combina un rico patrimonio natural, cultural y gastronómico.
Esta cordillera abrupta, salpicada de pueblos de piedra y antiguas torres de defensa, es un paraíso para los amantes de la naturaleza, tanto para aquellos con sed de aventura como para quienes sólo buscan relax unos días alejados del ajetreo.
Es un mirador privilegiado a la costa recortada y a los majestuosos acantilados que forma la montaña al fundirse con el mar: un fondo magnífico para contemplar la puesta de sol.
Aquí, el aroma de los cítricos y los almendros se entremezcla con el de los pinos; y los olivos, dispuestos en bancales, adornan el paisaje. Romper con la rutina en la sierra de Tramontana es un placer para todos los sentidos, pues al fabuloso enclave y a la belleza paisajística se suma la gastronomía mallorquina, que conjuga los productos del mar con los de la tierra.
Empieza el día con buen pie, y despiértate con buenas vistas y un sabroso desayuno en Can Busquets, situado en Banyalbufar.
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Si bien su historia está plagada de rebeldes, como piratas berberiscos y monjes desobedientes, en la actualidad, Cabrera es un lugar más tranquilo y despoblado, con colinas cubiertas de maleza de colores pálidos, orillas desiertas y un castillo majestuoso que refleja el paso de los años.
La fauna prolifera sin intromisión humana, por lo que encontrarás lagartijas a tu paso, mientras haces senderismoo deambulas por la isla (la única manera de llegar a conocerla).
El lento ritmo de Cabrera te sumergirá en un estado de calma absoluta. Para una primera visita, puedes alojarte en la Finca Es Carbo, en Mallorca, y tomar el ferri desde allí.
La isla de Cabrera está conformada por un archipiélago de 19 islotes apenas a diez kilómetros de la costa sur de Mallorca. Cabrera fue declarada Parque Nacional Marítimo Terrestre en 1991, constituyendo uno de los increíbles enclaves que forman las islas Baleares.
Es un lugar de ensueño que ofrece al visitante naturaleza en estado puro y la sensación de estar lejos de cualquier tipo de civilización, en un tiempo suspendido y en una tierra prácticamente virgen, lo que la convierte en una de las joyas más bellas que tiene el Mediterráneo.
La isla de Cabrera no tiene habitantes desde el año 1991, cuando pasó a ser Parque Nacional. Anteriormente, vivían unas doce familias mallorquinas que se dedicaban principalmente a la agricultura.
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