Tres formas originales y diferentes para hacer el Camino de Santiago

 

 

Hacer el Camino de Santiago es uno de los propósitos que muchos viajeros se plantean hacer alguna vez en su vida. La travesía es toda una aventura en sí misma a la que cualquiera se puede sumar. ¿Por dónde comenzar? ¿Qué camino recorrer? ¿Qué pueblos visitar?

Son cientos de kilómetros de ruta y es normal que se invierta mucho tiempo en planificar el recorrido y buscar planes alternativos para hacerlo aún más atractivo. Sea cual sea el trayecto, el Camino de Santiago garantiza siempre una cosa: una experiencia inigualable que marca de por vida.

Para los más indecisos, Rumbo.es ha seleccionado tres rutas para llegar a la Catedral de Santiago de Compostela por senderos distintos, andando, en bici o, incluso, en trayecto ida y vuelta. Solo faltaría el pasaporte peregrino, la mochila y salir antes de que cante el gallo.

 

El Camino Primitivo en bici

Se le considera el origen de lo que hoy conocemos como el Camino de Santiago. Alfonso II el Casto a comienzos de los años 800 la recorrió andando tras descubrir la tumba del apóstol Santiago, pero hacerla en bicicleta es una forma muy aventurera de recorrerla. Son 7 etapas distribuidas en 322 kilómetros.

El punto de partida de los “bicigrinos” es el vecino Principado de Asturias, concretamente su capital, Oviedo. Es una oportunidad diferente de atravesar esta región por el oeste, en medio de su majestuoso y descubriendo pueblos gallegos y asturianos como Grandas de Salime, O Cádavo, San Romao da Retorta y Arzúa, entre otros.

Es conocido como “primitivo” no solo por su antigüedad, sino también por tener muchos caminos naturales y poco asfalto. Es todo un reto por sus cuestas y recovecos, pero el paisaje tan diverso, adornado con ríos y lagos, hace que cualquier dificultad desaparezca. La entrada a Galicia se hace por Lugo y son 170 kilómetros hasta llegar a la famosa catedral que corona La Coruña.

Aunque el camino está muy bien señalizado, siempre se recomienda tener un GPS a mano, por si a alguno de los peregrinos quiere explorar los alrededores y tiene dificultades para retomar la ruta. También hay que tomar en cuenta qué medios de transporte permite llevar la bicicleta. Esto es por si algún trecho del camino se complica por el mal tiempo y hay que moverse de un lugar a otro.

 

De Sevilla a Galicia: el camino más largo

Son 960 kilómetros de trayecto dividido en 27 etapas. La Vía de la Plata es el de los recorridos más largos que salen de España y el que más diversidad ofrece. Y es lógico porque el punto de partida es la capital andaluza. La Catedral de Sevilla y su magistral Giralda puede servir de lugar de encuentro de los peregrinos para ponerse rumbo al norte… andando.

En la edad media se transformó en la ruta jacobea que conectaba el sur con el norte. Hoy es el recorrido del Camino de Santiago para los más ambiciosos. Para los aventureros de pura cepa. Los peregrinos recorren grandes extensiones de, nada menos, cuatro comunidades autónomas: Andalucía, Extremadura, Castilla y León y Galicia.

No está de más decir que la diversidad paisajística, gastronómica y cultural es uno de los principales atractivos de esta ruta. Muchos ven en esta ruta la oportunidad de conocer en un solo viaje importantes ciudades españolas como Sevilla, Mérida, Cáceres, Salamanca, Zamora, Astorga y Ponferrada, entre otras, así como infinidad de pueblos y aldeas. Lo bueno es que los andantes tienen casi todo el camino señalizado, cosa que se agradece al ser un camino tan largo.

Su extensión se ha convertido en un atractivo al ser el camino al que más peregrinos se suman cada año. Al ser un recorrido muy largo, lo recomendable es, cada ciertos días, hacer un buen descanso en un alojamiento que ofrezca un buen confort. Una buena idea es llegar a una ciudad grande –aprovechando el número de capitales que atraviesa la ruta– y pasar un día de “relax” conociendo su cultura, gastronomía y patrimonio.

En León no hay que olvidarse de pasar por Foncebadón, un pueblo abandonado que resurgió precisamente gracias al paso de los peregrinos, ahora todo un icono de la España vacía que tuvo su oportunidad de renacer.

 

A Santiago con ruta de ida y vuelta

Para los más principiantes existe el Camino Finisterre, uno de los más cortos, con apenas de 119 kilómetros. Es por eso que muchos runners aprovechan esta ruta para hacerla corriendo. Comienza y termina dentro de La Coruña, y es utilizada como ruta de vuelta. Muchos van y vienen por el mismo camino. O, incluso, la usan solo como camino de regreso siendo el cabo de Finisterre, en plena costa, el hito más destacado de este final.

Como dato muy llamativo prevalece que en la Edad Media la tribu celta de los nerios creía que el cabo de Finisterre era el último bastión del mundo. Esto es lo que explica el collage histórico-cultural de leyendas y mitos de esta zona que atrae a muchos curiosos. Los discípulos de Santiago también habrían estado en esa zona gestionando los permisos para enterrar los restos del apóstol.

Es una ruta corta, cierto, pero que es muy intensa por todo lo dicho y por el contraste de adentrarse en la montaña desde la costa. Los pueblos que se pueden visitar son Negreira, Olveiroa y Muxía entre muchas aldeas. Este Camino podría ser un buen comienzo para convertirse en un gran peregrino. Muchos peregrinos, como utilizan esta ruta para ir venir, alternan los pueblos que visitan y dedican más tiempo a unos en la idea y a otros en el regreso.

Es más, hay algunos más aventureros que antes de partir o al regreso aprovechan la costa para darse un buen baño en la playa.

 

· Fuente: Rumbo.es

 

 

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