Uno de los rincones más espectaculares de El Embajador, a Royal Hideaway Hotel, es su precioso jardín, que ocupa una superficie de 12.000 metros cuadrados sobre una colina que ofrece unas maravillosas vistas de la capital dominicana.

Además de frondosos árboles tropicales, destaca en su paisaje la presencia de más de 80 abetos, que aportan al conjunto un alegre pantone y un millón de historias. Y es que todos ellos proceden de un programa de replantación que el exclusivo establecimiento inició hace ahora 10 años, para reciclar los árboles de Navidad que utilizaban como decoración durante las fiestas.

Ubicados en el lobby del hotel, y engalanados con sus mejores ornamentos y abalorios, presidían escenas cotidianas de las Navidades dominicanas, conscientes de que después de esa importante misión les esperaba un retiro de oro bajo el sol del Caribe y con vistas al mar.

Lo que empezó como una original iniciativa se ha convertido en un consolidado proyecto de protección del medioambiente, que se complementa con otras acciones como la recuperación de orquídeas y coralillos que son cuidadas en el vivero del hotel para su posterior trasplante.

► Fuente: Barceló Hoteles

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