7 cafés de España, testigos silenciosos de tantas vivencias y confesiones, que es imposible no enamorarse:
· Els Quatre Gats en Barcelona
A finales del siglo XIX acogió espectáculos y conciertos. Fue lugar de reunión de artistas como Picasso, Rusiñol o Casas.
· Café Gijón en Madrid
Abrió el 15 de mayo de 1888. Tenía dos partes, una en la que servían café a los clientes que llegaban en carruajes y otra para las cocheras. Acabó convirtiéndose en toda una institución cultural en Recoletos 21 y frecuentado por un sinfín de escritores.
· Café Comercial en Madrid
En marzo de 2017 reabrió este mítico local en la Glorieta de Bilbao del que se dice que es el más antiguo de los cafés madrileños. Sus puertas originales abrieron en 1887 y por ellas transitaron Machado, Jardiel Poncela o Berlanga.
· Café Dindurra en Gijón
Es uno de los últimos cafés literarios de España y con una historia de más de 100 años. Pasó por una decoración Art Decó, sobrevivió a una guerra y cerró sus puertas para renacer en 2014. Lo encontrarás en el Paseo Begoña 11.
· Café Novelty en Salamanca
Situado en el nº 2 de la Plaza Mayor de Salamanca, se fundó en 1905. Sirvieron banquetes a personajes históricos como el rey Alfonso XIII, se dice que allí nació RNE y fue lugar de reunión para literatos como Torrente Ballester, Martín Gaite o Unamuno.
· Café Iruña en Bilbao
Este café se inauguró en 1903. Lo primero que llama la atención son sus azulejos y su bonita decoración mudéjar. De hecho, en 1980 fue declarado “Monumento Singular”. Se ubica frente a los Jardines de Albia.
· Café Iruña en Pamplona
Data de 1888. Desde entonces, los años han pasado pero el encanto de este local con lámparas de época, altos techos y grandes espejos no ha decaído. Uno de sus clientes más famosos fue Hemingway, cuya estatua no pasa desapercibida en uno de los rincones.
Naturaleza, gastronomía y cultura son las tres áreas en las que se enmarcan las propuestas que Navarra ha presentado en Fitur y que son las líneas maestras de su apuesta turística para este año 2020. A las cuatro estaciones tradicionales, Navarra añade una quinta, aquella que tiene que ver con su carácter, su peculiar manera de contar, de ayudar a mirar y descubrir… ¿Vienes a descubrirlas en este artículo?
Invierno: chimenea y folclore
La estación más fría del año es sinónimo de carnavales, fiestas populares cuyas raíces en Navarra hay que buscarlas en tiempos muy lejanos. La lista de municipios donde se anuncia la Cuaresma en ceremonias protagonizadas por seres mágicos, fantasmas vestidos con sacos rellenos, carboneros, gigantes y bandidos con varas es amplia.
Lesaka, Lantz, Ituren, Zubieta, Goizueta, Alsasua, Aoiz… cualquiera de estos lugares son perfectos para ahogar las penas invernales con una buena dosis de diversión y color.
El invierno es también el momento para acercarse a las pistas de esquí nórdico del Pirineo. A la ya veterana estación de Larra-Belagua se une ahora el recién inaugurado Centro de Montaña de Irati-Abodi. Situado a 1.400 metros de altitud, en el corazón mismo de la Selva del Irati, la nueva estación cuenta con 22 km esquiables y dos pistas para raquetas, la mayoría de nivel fácil, ofreciendo una oportunidad única de disfrutarlos antes de que lleguen los primeros aficionados al BTT, público habitual a partir del deshielo.
La gastronomía local también se adapta a la meteorología. Es tiempo de brasas, de disfrutar de un menú de sidrería y asador, de degustar la mejor carne de las razas autóctonas como la Ternera de Navarra, la recuperada vaca Betizu y el cerdo Euskal Txerri. Pero tampoco hay que olvidarse de la huerta, que en pleno invierno sigue produciendo delicias: escarola, alcachofa de Tudela, achicoria, borraja, acelgas, pellas y berzas, como se denomina aquí a coliflores y repollos, son protagonistas desde Pamplona a la Ribera.
En la estación más fría del año, todo gira en torno a la chimenea. Los hoteles y casas rurales preparan sus instalaciones para recibir a sus huéspedes que, después de una jornada de actividades en el exterior, necesitan un lugar acogedor donde refugiarse para recargar energías de cara al día siguiente.
La oferta es amplia y abarca todos los bolsillos, desde casas de arquitectura tradicional, enteras o por habitaciones, a hoteles de cinco estrellas como Arantza Hotela, un lugar romántico único enclavado en la Navarra más verde, concebido como un refugio de energía positiva, de salud, de bienestar y amor.
Los días alargan y surgen
los primeros colores de la primavera y con ella, los nuevos frutos de la huerta navarra que encuentran en las
Fiestas y Jornadas de Exaltación de la Verdura de Tudela y su
Ribera su momento más esperado del año. La alcachofa y el espárrago, estrellas de
la temporada, son celebradas en fiestas populares que también llenan las calles
de Cabanillas, Dicastillo y Mendavia de catas de lo mejor de la producción del
año.
Preludio y epílogo de todas estas fiestas son la Semana del Pincho de Navarra, evento que en marzo inunda las barras de toda la Comunidad Foral de alta gastronomía en miniatura; y el Día del Rosado en junio, que se celebra en San Martín de Unx, un precioso pueblo medieval rodeado de colinas plantadas de viejos viñedos con el que se producen algunos de los mejores caldos de la D.O Navarra.
Los caminos, ya libres de nieve, reciben a los primeros peregrinos en el Camino de Santiago, vía iniciática milenaria que permite conocer lugares históricos como el campo de batalla de Roncesvalles, monasterio de gran belleza como el de Leire y fascinantes iglesias como la de Santa María la Real de Sangüesa, del Santo Sepulcro de Estella o las esotéricas Eunate y Torres del Río, que con sus plantas octogonales aún siguen dando que hablar a los estudiosos.
Seguro que en su caminar
los peregrinos ya distinguen el gorjeo de las aves migratorias de regreso a
Navarra, tierra de diversidad donde encuentran hábitats ideales para criar y
alimentar a sus polluelos.
Para disfrutar con todas las comodidades de la avifauna se han habilitado 11 Puntos de Observación de Aves, 4 en los humedales de la Ribera y 7 en la Montaña, incluyendo itinerarios señalizados y la opción de unirse a un tour guiado.
Lo sotos y balsas de la Ribera son ideales para ver migratorias como la abubilla y el zampullín; las foces de Lumbier y Arbaiun para maravillarse con el majestuoso vuelo del buitre leonado y el quebrantahuesos; mientras que la atalaya pirenaica de Lindus-Ibañeta, en Burguete, es el lugar perfecto para observar el paso del 90% de las rapaces migratorias de Europa.
Verano: fiesta y calma
En el Valle de Esteribar han
sido contrabandistas, cazadores, leñadores, pastores y animales los que han
abierto senderos que surcan valles, cimas y hayedos. La recuperación y
adaptación de esos antiguos senderos pirenaicos para la práctica de la bicicleta de montaña y el Trail running
ha dado como resultado la creación de Eremua,
una pionera estación de montaña diseñada como las que ya existen en
Norteamérica, que permite hacer rutas clasificadas según niveles de dificultad
y distancias, diferenciadas todas ellas por colores (verde, azul, roja y
negra).
Con el ritmo del corazón activado, el verano es el momento de unirse a alguna de las muchas fiestas patronales que se celebran en los pueblos y ciudades de Navarra.
La temporada empieza siempre con los Sanfermines de Pamplona, la Fiesta Universal que brinda maneras de vivirla tan diferentes que es capaz de dejar satisfecho tanto al viajero sibarita, aquel que quiere experimentar los grandes momentos en primera persona; como a las familias. Los más peques encuentran en medio del jolgorio sanferminero espacios para divertirse, ya sea participando en la zona multideporte del parque de la Media Luna o corriendo delante del toro de fuego al anochecer en la Plaza Consistorial.
Pero la actividad no cesa cuando acaban las fiestas. Tanto Pamplona como Tudela han llenado sus calendarios estivales de propuestas irresistibles. En Tudela, ciudad miembro de la Red de Juderías de España, destacan las visitas guiadas por su legado sefardí, que también se puede descubrir participando en el Escape Street «El secreto de Benjamin», un juego de enigmas apto para todos diseñado ex-profeso para disfrutarse en el intrincado tablero de juego que forman las calles de Tudela.
En el caso de Pamplona, los planes se centran en la música y las artes escénicas, Turmalina Fest, el Festival de las Murallas y el Festival Flamenco on Fire conforman solo una parte de la amplia oferta de música en vivo en toda la Comunidad, que ha unido a los departamentos de Cultura y Turismo para crear Reyno de Música en Vivo. Bajo esta marca se agrupará toda la oferta, promocionando Navarra como destino de eventos culturales.
Para facilitar aún más
las cosas, Pamplona ha lanzado la Pamplona Card, PIC, una
tarjeta que facilita el acceso a las entradas y ofrece
ventajas en museos, comercios y hoteles.
Después de cualquiera de estas actividades hay que recuperar la calma. Para eso lo mejor es desplazarse al campo para encontrar el sosiego que ofrece Navarra. Este verano la novedad hay que encontrarla en el Centro Henri Lenaerts, museo y lugar para el conocimiento ubicado en Irurre, en Tierras de Iranzu. El espacio recoge el legado del artista belga que le da nombre y ofrece a los visitantes una eco-experiencia espiritual con mindfulness.
En 2020 el centro estrena la «Escuela de Vida«, un proyecto conjunto con la Universidad Pública de Navarra que a través de actividades y talleres persigue mejorar la calidad de vida, el bienestar y los vínculos de hombres y mujeres, fomentando el Desarrollo Humano Sostenible.
Otoño: bosques y viñedos
Y por fin, otoño. La
estación más esperada para los amantes de los baños de bosque, las setas; los
colores ocres y el olor del musgo fresco.
Los senderos del cañón del río Iranzu son el escenario perfecto para experimentar el cambio de hoja. Es en esta época -también se les puede ver en primavera- cuando vuelven a su hábitat los personajes reales y mitológicos que pueblan la visita teatralizada “El Bosque Mágico”. Esta innovadora propuesta de Tierras de Iranzu ofrece un giro inesperado al guión otoñal, en esta ocasión está protagonizado por carboneros; monjes; Basajaun, el guardián del bosque; y Basandere, su mujer.
Hay quien prefiere mirar
para otro lado si de lo que se trata es de encontrar seres mitológicos cuando
cae la noche. Concretamente hacia el cielo. Allí arriba descubrimos constelaciones, planetas y estrellas bautizadas
con los nombres de la mitología griega, tan pródiga en aventuras sorprendentes
como la de Navarra. El entorno de Ujué, integrante de la red de Pueblos más
Bonitos de España; Leyre, Javier, Lerín, Aralar, Puente la Reina y Roncal
-certificado como destino Starlight- cuentan con buenas ubicaciones desde las
que observar el cosmos.
Los amantes del vino y la tierra tienen en esta época muchas excusas para visitar la viña navarra. Tras la vendimia empiezan los trabajos en las bodegas y se procede a la poda y abonado de la tierra. La Ruta del Vino de Navarra prepara cada año decenas de actividades con las que poder conocer los secretos mejor guardados del campo. Un paseo en buggy por viñedos seguido de una cata en el mismo terruño; una visita al Museo del Trufa de Metauten; o una cata en la monumental colección de arte contemporáneo de Bodega Otazu son algunas de las interesantes propuestas de la Ruta del Vino.
Con apenas desnivel,
preparadas para personas con movilidad reducida y aptas para todas las edades,
las cinco Vías Verdes de Navarra
permiten explorar en bicicleta,
tradicional o eléctrica, casi todo el territorio.
A esta red se han añadido este año dos de los tramos navarros de la Eurovelo 1, ruta ciclista que conectará Bergen con Lisboa. Gracias al proyecto transfronterizo Ederbidea (Camino Bonito en euskera) se ha podido habilitar 90 nuevos km que unen las vías verdes del Bidasoa y el Plazaola, de los que la mitad son exclusivamente para bicicletas.
Ederbidea continúa unos km desde Hendaya/Irún hasta San Sebastián y Bayona, por lo que los ciclistas podrán viajar siguiendo la bella costa y los pintorescos pueblos del País Vasco a ambos lados de la frontera. No es este el único proyecto de colaboración transfronteriza en el que Comunidad Foral está inmersa. En 2020, arranca GATURI, una propuesta con la que Navarra se une con La Rioja, el País Vasco y el departamento francés de Pirineos Atlánticos para promocionar la región internacionalmente como Destino Gastronómico Sur de Europa.
· Fotos: Cedidas por el Servicio de Marketing Turístico de Navarra y capturas de las propias webs mencionadas en este reportaje.
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Octubre es una de las mejores épocas para viajar, sobre todo, teniendo en cuenta que el 12 de octubre es el festivo más esperado después del verano.
Aunque este año cae en sábado, esta fecha sigue siendo una excusa para “escaparse” y hacer algún plan con amigos o en familia en alguna ciudad que ofrezca actividades que permitan desconectar y decir adiós a la depresión post-vacacional.
En muchos lugares todavía se puede disfrutar de buen clima, comienzan las carteleras de importantes eventos culturales, los lugares están menos congestionados y, muy especialmente, los precios bajan considerablemente.
Reservar un vuelo en octubre puede suponer un ahorro de hasta 25%, mientras que los paquetes “vuelo + hotel” se pueden conseguir hasta un 27% más barato, según datos de Rumbo.
Granada
El otoño es la época, sí o sí, para disfrutar de la ciudad nazarí. Ya se ha superado el calor intenso del verano y faltan todavía algunas semanas para que llegue el intenso frío del invierno.
El clima es de días cálidos y noches frescas, con alguna lluvia que deja en sus zonas verdes colores que realzan sus atractivos históricos y turísticos, como la majestuosa Alhambra.
Otra razón más: llegan los estudiantes y los bares (con sus famosísimas tapas) comienzan a llenarse de vida aprovechando las últimas terrazas del año.
Los amantes del séptimo arte tienen una cita ineludible en el Granada Noir 2019, festival dedicado al cine negro en el que además se podrá disfrutar de literatura, exposiciones, conciertos y charlas sobre este apasionante género.
Y muy importante en una visita Granada: nunca olvidarse de los tan conocidos encuentros flamencos en lugares icónicos como el Albaicín.¡Cita obligatoria!
Pamplona
Muchos quizás no lo saben, pero una de las ciudades que más resplandece en otoño es Pamplona.
El follaje crea un adorno que hace que adquiera un color digno de mil fotografías. Sus bares y restaurantes (con una de las gastronomías más emblemáticas de España) se mantienen repletos, en especial, los días de lluvia, ya que son un punto de encuentro para disfrutar de la ciudad con los amigos.
Pero vivir la naturaleza es la excusa de mayor peso para visitar Pamplona en octubre. Muy cerca se encuentra la Selva de Irati.
Explorarla y perderse entre sus ríos y árboles en esta época se traduce en una velada mística. Otra excursión obligatoria es el Nacedero del Urederra, en el Parque Natural de Urbasa, un paraje natural de cascadas color turquesa que en octubre resplandece rodeada de las hojas caídas de los árboles.
Hacer senderismo descubriendo sus aguas es una de las experiencias más enriquecedoras que puede haber.
Valencia
Valencia es de esas ciudades que rebosan de vida una vez que llega el otoño. De hecho, se le llama la “segunda primavera” del año por su cálido, y a veces variable, clima.
Todavía en octubre existe la posibilidad de seguir disfrutando de la playa algunos días y las calles siguen repletas de terrazas.
Los teatros suben el telón, el Palau de la Música inicia su nueva temporada, se inauguran nuevas exposiciones y los parques se llenan de música.
En los días de lluvia se pueden visitar las Reales Atarazanas del Grao de Valencia, una joya gótica declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional, que albergaba una fábrica de barcos.
A pocos pasos, hay restaurantes para degustar un suculento arroz. ¿Tiene Valencia la mejor paella? Eso lo decidirás tú.
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Encontrar en verano opciones para pasar unas vacaciones lejos de la masificación siempre es posible. Y, aunque cueste creerlo, estas alternativas se pueden encontrar en los lugares más demandados.
Son pequeños oasis donde se respira tranquilidad y, al mismo tiempo, ofrecen atractivos muy chulos para poder disfrutar de esos destinos de una forma muy diferente.
La agencia de viajes online Rumbo ha publicado en su sección “¿Dónde viajar en julio?” una serie de recomendaciones y ofertas para comenzar el verano descubriendo enclaves naturales e históricos a donde no todo el mundo llega.
Canarias: un paraíso para descubrir andando
Si hay un lugar en el mundo que ofrece opciones para todo tipo de gustos es el archipiélago canario. Una de las mejores formas de llegar a donde muy pocos tienen acceso es haciendo senderismo. Recorrer los pueblos de las medianías es palpar de cerca la historia con sus emblemáticos pueblos típicos. Para los más aventureros, están los recorridos por los volcanes. Coronar la cúspide es digno de héroes y, como recompensa, se puede disfrutar de un espectacular paisaje.
París: un castillo y un bosque en la ciudad de la luz
Son casi mil hectáreas de bosque ocultas en un lugar secreto de París. Quien quiera un lugar para estar a solas lo encontrará, sin duda, en el Bosque de Vincennes. Es como una pequeña ciudad dentro de la metrópoli parisina ¿Qué ver allí? Hay un castillo construido en el siglo XV por Luis VII. También hay un zoológico con diversas especies, dos jardines y cuatro lagos. Y lo inimaginable: un templo budista cerca de un hipódromo. Toda una excursión variopinta.
En julio Pamplona es protagonista en el mundo por sus tradicionales Fiesta de San Fermín. Los que van estas fechas y quieren huir de las aglomeraciones pueden hacerlo en sus preciosos jardines. La Taconera es un rincón de encuentro con la naturaleza y diversas especies animales. Los amantes de lo más zen tienen el Parque de Yamaguchi, al más puro estilo japonés. Ya fuera de la ciudad, y para los más exploradores, está Zugarramurdi con las cuevas de las brujas ¿Serán ciertas todas esas historias de espiritismo?
Las tierras gallegas son una fascinación de principio a fin ¡Hay tanto que ver! Por eso no es de sorprender que todavía haya lugares inexplorados que pocos pueden alcanzar. El Islote de Areoso es uno de ellos. Es una zona natural protegida de arena blanca y aguas cristalinas. Se puede llegar en kayak y el esfuerzo bien vale la pena. Para los que amas las alturas, están los miradores. El Teixadal de Casaio ofrece vistas impresionantes, así como A Serra do Courel y los Penedos de Traba y Pasarela.
Es una de las joyas del mediterráneo por su exclusivo collage de paisaje y edificaciones. Comenzando por Valleta y continuando por sus famosas Gozo y Comino. Quien va se enamora. Pero lo mejor está bajo el mar. Malta es una de las capitales mundiales del buceo, gracias a su belleza marina, sus cuevas y a los enormes pecios (barcos hundidos) que quedaron tras largas y agónicas batallas que tuvieron lugar hace décadas. Algunos tienen suerte y hasta pueden ver aviones hundidos de la guerra.
Madeira podrá se runa isla pequeña, pero tiene una variedad de pueblos que son únicos en el mundo y ofrecen una forma distinta y hasta divertida de conocer un cachito del Atlántico. Los hay de todo tipo: de montaña, de playa, de agricultores, de pescadores, de artesanos… Se pueden recorrer en coche, aunque muchos lo hacen en bici o andando. Santana, Vila Valeira y Ponta do Sol, son algunos sitios tan distintos unos de otros que es difícil aburrirse. El plan perfecto para los que creen que en la variedad está el gusto.
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