La Ruta Romántica, la ruta turística más popular y más rica de Alemania en cuanto a sus atractivos culturales y de naturaleza, condensa en sus 460 km de recorrido la magia de la Alemania más típica. 29 poblaciones de la ruta que te voy a ir contando por aquí en este hilo.
Wurzburgo, la capital de la Baja Franconia, es la 1ª localidad de la Ruta Romántica. Protegida por el castillo medieval de Marienberg y bañada por el caudaloso río Meno, es una ciudad monumental y universitaria de prestigio (14 premios Nobel han estudiado en su universidad).
La ruta, flanqueada en este 1er tramo por el manso curso del río Tauber, sigue rumbo a Wertheim, la capital del vidrio. El Glasmuseum es de visita obligada, mientras paseas relajadamente por sus calles adoquinadas y casas entramadas, en un precioso conjunto urbano medieval.
Tauberbischofsheim, la siguiente parada de la Ruta Romántica, también cuenta con un espectacular castillo del siglo XIII, pero su edificio más famoso tal vez sea el Museo Alemán de Esgrima, y es que la ciudad es famosa por ser el lugar de origen de la escuela de esgrima alemana.
El encanto rural de la ruta sigue en Lauda-Königshofen. Suaves colinas y grandes extensiones de viñedos decoran este tramo y dan como fruto excelentes vinos blancos y tintos, ideales para ser disfrutados en cualquier terraza de la preciosa Markplatz de Bad Mergentheim.
La amurallada Röttingen (medieval), el castillo de Brattenstein y la Sonnenuhrenweg (la calle de los relojes, adornada por 25 relojes de sol centenarios), Creglingen (iglesia de San Jorge) y Weikersheim (su palacio), son ejemplos destacados de la arquitectura renacentista.
Pasear por Rothenburg es como viajar en el tiempo: una muralla de más 2 km perfectamente conservada y transitable, iglesias como la de San Jacobo y la Marktplatz, que alberga el ayuntamiento, con su magnífica fachada y un reloj astronómico que sigue funcionando desde hace siglos.
La ruta sigue hacia la bucólica Schillingsfürst, cuya joya es su castillo, una fortaleza construida en el siglo XVIII. En Dinkelsbühl, la Marktplatz está protegida por la catedral de San Jorge. La muralla medieval, con más de 2,5 km, 4 torres y 16 puertas, es maravillosa.
En el cráter de Ries, una maravilla geológica provocada por el impacto de un meteorito hace más de 15 millones de años, se encuentra la siguiente escala de la ruta, Wallerstein. Su castillo, del siglo XII, y su escultórica Columna de la Peste son sus dos iconos.
Nördlingen está circundada por una muralla de más de 2.700 metros de longitud, donde se encuentra el RiesKraterMuseum. Ubicado en un edificio tradicional del siglo XVI, el museo cuenta toda la historia de la formación del cráter y exhibe una roca lunar extraída en 1972.
Continúa la ruta en Harburg, sobre la que se yergue su castillo, antes de llegar a Donauwörth, en la confluencia de los ríos Danubio y Wörnitz. Su Reichstrasse es una de las calles más bellas del sur de Alemania, como sus coloridas casas burguesas de los siglos XVII y XVIII.
Fundada por el emperador romano Augusto hace más de 2.000 años, Augsburgo ofrece al viajero su imponente patrimonio cultural y arquitectónico, labrado a lo largo de siglos de prosperidad en los que la ciudad fue uno de los mayores centros económicos y políticos del mundo.
Y ninguna visita a Augsburgo está completa sin pasear por las calles de Fuggerei, el complejo de viviendas sociales en funcionamiento más antiguo del mundo. Fue fundado en 1516 por Jakob Fugger para proporcionar viviendas asequibles a personas necesitadas.
En su etapa final, la Ruta Romántica pone rumbo a los Alpes. Os espera Friedberg, con su casco histórico, el castillo del siglo XIII y los restos de la muralla medieval. También Landsberg am Lech, con su rico patrimonio, y Hohenfurch, con su espectaculares panorámicas.
Otra visita imperdible es Peiting. Su mercado es uno de los más antiguos de Baviera y se celebra el primer viernes de cada mes. En Schongau, la muralla, que data del siglo XIV, la iglesia de San Juan Nepomuceno y el ayuntamiento gótico son tres visitas preciosas.
Rottenbuch es uno de los pueblos más pintorescos de toda la ruta, con sus preciosas casas, su famosa abadía y un magnífico monasterio barroco que data del s. X. La cercana Wildsteig no es menos bucólica: su castillo completa la imagen prototípica de escenario alpino de fábula.
Steingaden representa también la esencia del encanto bávaro con el monasterio de Wies, una joya del estilo rococó. Tras pasar por Halblech y Schwangau, pintorescos pueblos alpinos, llegarás a Füssen, la última ciudad de la ruta y el espectacular castillo de Neuschwanstein.