Historia y leyendas de Escocia


¿Quieres viajar a Escocia como nunca lo has hecho? Pues hazlo en busca de los lugares en que viven sus seres mitológicos, escenarios mágicos en ciudades de cuento y parajes naturales de belleza arrebatadora. ¿Quién ha dicho miedo?

 

Nessie, el monstruo del lago Ness

¡Nuestro querido Nessie! El más famoso de todos los monstruos de Escocia -y probablemente del mundo- lleva desde el siglo XIX asomando su figura en las aguas del lago Ness, al lado de Iverness. Más de mil personas aseguran haberlo visto: con cabeza y cola de serpiente, alargado, parecido a un dinosaurio, de color verde con manchas negras… ¡y muy sonriente!

Embárcate en cualquiera de los cruceros que recorren el lago y no te pierdas un solo detalle de sus aguas, ¡puede aparecer en cualquier momento! Otro lugar estupendo para divisarlo es el castillo de Urquhart. Y si no consigues tu objetivo, no te preocupes: en Nessieland, un complejo temático donde Nessie es el protagonista absoluto, podrás saberlo todo sobre el monstruo del Lago Ness.

 

El púlpito del Diablo

Un auténtico paraíso natural es el escenario en que se oculta el Púlpito del Diablo, uno de los lugares mágicos más bellos de Escocia. Se trata de una pequeña roca en forma de hongo en un barranco formado por un río cuyo fondo arcilloso te hace creer que es de agua roja… ¡como la sangre! La roca, dice una leyenda, era un púlpito en el que el diablo se dirigía a sus fieles, y otra leyenda cuenta que eran los druidas quienes oficiaban aquí sus ceremonias. El barranco está oculto en el bosque, muy cerca de un recodo en el que cruzan dos carreteras, al sur del lago Lochmond, y muy cerca del Parque Forestal Queen Elizabeth.
 


La Pequeña Annie

¿A quién no le encanta la majestuosa Edimburgo, con su Royal Mile, sus festivales, los pubs repletos de sabor de Leith… y sus personajes fantasmagóricos como la Pequeña Annie? Sí, Harry Potter también nació en Edimburgo, pero ahora estamos hablando… ¡de fantasmas reales! Pasear por las calles y callejuelas que rodean al Old Town es hacerlo en el tiempo, y hacerlo por los callejones sobre los que se construyó el imponente Ayuntamiento a mediados del siglo XVIII es de lo más divertidamente aterrador.
 


Esos callejones, que estuvieron cerrados al público durante décadas, forman hoy un recorrido subterráneo repleto de leyendas que nos transportan al Edimburgo portuario y próspero del siglo XVII al que, de repente, arrasó una epidemia de peste bubónica arrasó.


Cuenta la leyenda que, para intentar detener a la enfermedad, se tapiaba vivos a los infectados, entre ellos una niña, Wee Annie, que fue emparedada en una cámara que puedes visitar hoy en el callejón de Mary King. Cuando vayas allí, llévala una muñeca, o un peluche: algunas veces, se la puede oír llorar, pidiendo su muñeca favorita… Para quitarte el susto, tómate una pinta bien tirada en el Halfway House (24 Fleshmarket Close), que lleva desde 1860 devolviendo el color al rostro de los que dicen haber sido saludados por la pequeña Annie.


 

Los Kelpies

Si estás paseando de noche por las cercanías de un río o de un lago y, de repente, oyes algo parecido -¡solo algo parecido- a un grito humano que pide ayuda… Bueno, tal vez no sea humano y se trate de un kelpie. Los kelpies son demonios en forma de caballo, y con un centenar de veces su fuerza y velocidad, que aparecen en las aguas de ríos y lagos durante la noche, y que -dice la leyenda- se dejan montar para,  nada más te has subido a él, salir al galope al fondo del agua y llevarte consigo. En las ruinas del castillo de Vayne se conserva, impresa en la piedra, una huella de kelpie.


Pero tampoco es para que salgas huyendo, al contrario, no podrás evitar hacerte un selfie con ellos cuando te los encuentres en The Helix, en Falfirk, un parque repleto de actividades y propuestas -ciclismo, deportes náuticos, senderismo- cuya atracción principal son The Kelpies, dos esculturas de más de 30 metros de alto y de cien toneladas de peso que, especialmente de noche, te van a regalar unas fotos maravillosas.

 

Thomas el Rimador, en las colinas Eildon

Las tres colinas Eildon, en la región de los Borders -las Tierras Bajas escocesas-, son un lugar mágico desde siempre. En tu ruta por la zona te vas a encontrar con yacimientos neolíticos, fuertes romanos y con la historia de Thomas el Rimador, un poeta del siglo XIII que fue hechizado por la reina de los elfos, que se lo llevó a las colinas para luego abandonarlo, y de las que regresó convertido en un profeta que anunció los episodios más importantes de la historia de Escocia.

Hay quienes creen que el poeta aún sigue vivo, vagando por las colinas, esperando que regrese su amor… Seguro que cualquiera de los parroquianos de los pubs y cafeterías de la plaza de Kelso -la más grande de Escocia- te contarán más secretos del pobre Thomas.
 

► Fuente: Turismo Británico