Gran Canaria es un lugar cautivador en medio del Atlántico en el que hay mil experiencias por vivir con el termómetro como aliado, porque las temperaturas en verano son tan suaves como todo el año, un soplo de aire fresco respecto a otras latitudes.

Su privilegiada ubicación geográfica y los frescos vientos alisios permiten todo de tipo de actividades al aire libre en compañía de un sol brillante en cada rincón. Se añade una amplia oferta cultural, de ocio y gastronomía, patrimonio natural e histórico, áreas comerciales y múltiples posibilidades para disfrutar de un entorno privilegiado, declarado Reserva de la Biosfera y Patrimonio Mundial por la Unesco.

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Destino perfecto para el turismo activo

Es el destino ideal para revitalizarse y cargarse de energía en un “continente en miniatura”, con una temperatura media de entre los 18 grados en invierno y los 25 en verano. Porque Gran Canaria es un gran gimnasio al aire libre por su orografía única, increíbles paisajes y biodiversidad de alto valor, que hacen de la isla el escenario perfecto para realizar actividades al aire libre los 365 días del año.

Gran Canaria seduce desde el primer momento al unir la posibilidad de experimentar aventuras y retos personales con atardeceres inigualables, playas de arena dorada, tranquilas calas y pueblos y ciudades con rincones y vistas maravillosas. Se puede recorrer en bicicleta, jugar al golf, hacer trekking, inmersiones, parapente, actividades náuticas, escalada, nadar en mar abierto o casi cualquier otra cosa imaginable.

A lo largo de sus 236 kilómetros de costa es posible cabalgar las olas del Atlántico, relajarse y encontrar la diversión con actividades y deportes náuticos en zonas de aguas tranquilas y trasparentes, practicar pesca de altura, buceo, surf, windsurf, kitesurf o bodyboard.

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Paisajes únicos

Los más imponentes tesoros de Gran Canaria se encuentran en su interior, con un paisaje nuevo cada día, una naturaleza vibrante surcada por profundos barrancos y vestigios de bosques milenarios; la isla siempre logra sorprender.

Decenas de microclimas otorgan paisajes tan cambiantes como un caleidoscopio. Adentrarse en su interior supone hacer varios viajes en un día, a muy poca distancia es posible envolverse por la bruma, contemplar oasis de palmeras, andar junto a una presa, alcanzar la base de un roque de apariencia lunar, juguetear en una cascada o adentrarse en cañones desérticos que se precipitan desde las alturas.

Reserva de la Biosfera

Viajar por Gran Canaria es hacerlo por un mini continente donde cada día es una nueva oportunidad para conectar con la identidad canaria. El alma isleña está contenida en las 65.000 hectáreas de su Reserva de la Biosfera, declaración de la Unesco en reconocimiento a su calidad medioambiental y la excelente conservación de su biodiversidad. Este espacio protegido es muestra de la fauna, flora, usos y costumbres de un territorio que también es Patrimonio Mundial por el Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria.

Risco Caído y las Montañas Sagradas

El entorno que rodea a este importante yacimiento arqueológico fue reconocido en 2019 por su valor único como punto clave de la cultura aborigen canaria. Para conocer el fascinante mundo de los antiguos canarios la visita al Centro de Interpretación de este Paisaje Cultural es parada obligada. En este espacio del municipio cumbrero de Artenara, la tecnología y la luz se dan la mano para guiar al visitante a través de un viaje al pasado.

Una isla para comérsela

Entre las joyas del destino también se incluye su gastronomía, muy ligada al territorio. Gran Canaria es una isla de sabores donde se encuentran exquisiteces que son el fruto del mimo de los productores locales, que ofrecen lo mejor y lo más íntimo de esta tierra y de su paisaje. Productos como quesos artesanales, sal marina, mieles, mojos, frutas tropicales, gofio de millo, pescados, almendras, mazapán o el bienmesabe, entre otros productos gourmet como el café de Agaete.

Ruta del Vino de Gran Canaria

Otro de los productos más especiales de Gran Canaria son sus vinos, originales por el suelo volcánico donde crecen sus viñedos, que se cultivan desde los 200 a los 1.300 metros de altitud. Sus más de 24 variedades de uva locales ofrecen una variada gama de elaboraciones únicas en el mundo.

Para entrar de lleno en la cultura vitivinícola grancanaria nada mejor que seguir su Ruta del Vino -la única existente en Canarias y fuera del territorio peninsular-, con más de 50 establecimientos adheridos: bodegas, restaurantes, enotecas, fincas, alojamientos, queserías, guías y bochinches, pequeños locales familiares donde el vino marida a la perfección con la comida tradicional canaria.

· Fuente: Turismo de Gran Canaria