Se pueden conducir coches. O soñar con ellos. Para ambas opciones Stuttgart es uno de los mejores lugares imaginables. No solo porque aquí se fabrican vehículos de fama mundial, sino porque aquí la cultura automovilística está tan viva como en ningún otro lugar. No son coches, son sueños sobre cuatro ruedas que se convierten en realidad cada vez que se visita Stuttgart.
El automóvil tiene muchos padres, pero una única ciudad natal. Esta historia nació en Stuttgart el día en que Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach idearon el primer motor de gasolina rápido y ligero en un invernadero convertido en taller, lugar de auténtica peregrinación en la actualidad.
Corría 1885 y, desde entonces, la estrella de Stuttgart sigue brillando con nitidez sobre el sector del automóvil. Y, cómo no, donde brilla con un resplandor más especial es en el Museo Mercedes-Benz, el único en el mundo que cuenta la historia completa del automóvil sin saltarse ningún capítulo.
Desde el exterior impresiona el diseño futurista del edificio, pero es dentro cuando el visitante queda embelesado por los 160 automóviles expuestos. Otros lujosos ejemplares pueden visitarse en el Classic Center Fellbach, que solo alberga clásicos como el Gullwing 300 SL.
Asimismo, Porsche también es mundialmente conocido por sus clásicos, leyendas del motor que pueden admirarse en el Museo Porsche. Al verlos, se le iluminará la mirada. En particular, los aficionados a los oldtimers o vehículos clásicos sienten especial predilección por Meilenwerk, preservado en el antiguo aeropuerto como monumento que, junto con el hotel V8, ofrece un marco excepcional para todo lo relacionado con los coches de coleccionista, su cuidado y mantenimiento así como los posibles accesorios.
Cada año, en marzo, se celebra la Retro Classics, quizás la feria del automóvil más bonita de Alemania, donde se reúnen coleccionistas de vehículos clásicos de todo el mundo, mientras que Retro Classic meets Barock, un exclusivo encuentro de oldtimers ante el castillo Ludwigsburger como pintoresco marco de fondo, tiende puentes con otra cultura muy distinta pero igual de fascinante.
Regresamos al presente para visitar la ultramoderna fábrica de Mercedes-Benz en Sindelfingen, que proporciona una visión global de la fabricación de automóviles y que despertará más de algún deseo oculto. Pero en Stuttgart enseguida se percibe que la ciudad no solo ofrece tentaciones automovilísticas.
Gastronomía
La excepcional ubicación de la ciudad, en una de las mayores regiones vitivinícolas de Alemania, pone de manifiesto otra de las grandes pasiones de los habitantes de Stuttgart: el gusto exquisito por los buenos platos y caldos.
La oferta gastronómica de Stuttgart, desde la cervecería de la esquina hasta los premiados restaurantes de primera categoría con fama internacional, proporciona verdaderas experiencias culinarias, como los típicos Spätzle (pasta hecha a mano) y el vino Spätburgunder.
Fiestas de mayor y menor envergadura, como la Cannstatter Wasen entre las más conocidas, invitan a participar a disfrutar de la hospitalidad y a divertirse. El punto de encuentro ideal para iniciar una ruta de los sentidos es la plaza del Palacio; probablemente en ninguna otra ciudad haya un castillo que domine con tanto carácter la imagen del centro de la ciudad como el Palacio Nuevo de Stuttgart.
Y el que lo desee puede pasar primero por el Museo de Arte de Stuttgart, situado justo al lado, para admirar una magnífica colección de clásicos modernos y de arte contemporáneo, y por el Castillo Antiguo, para disfrutar de la historia desde la Edad de Piedra hasta la Edad Moderna, regalándose así una merecida tarde de tranquilidad y gran nivel cultural.
Cultura y parques
En temas de arte dramático, Stuttgart también tiene un nivel excepcional. El Teatro Estatal de Stuttgart es el mayor teatro del mundo de tres secciones. Su Ballet, el Teatro y la Ópera Estatal gozan de fama mundial desde hace siglos. La gran orquesta de Stuttgart, los clubes de jazz o los dos teatros musicales ubicados en el SI-Centrum Stuttgart proporcionan exquisiteces musicales a todos los visitantes.
En las calles Königstrasse y Calwer Straße disfrutará de más de un kilómetro de tiendas de primera categoría mundial donde realizar sus compras.
Y resérvese algo de tiempo para otro de los placeres de la ciudad: el parque de ocio favorito de Stuttgart es el Wilhelma, uno de los jardines botánicos y zoológicos más bonitos de Europa que, con sus 8.000 especies aproximadamente, es uno de los zoos con mayor diversidad animal del mundo. Y todo ello sin coches, a pesar de estar en Stuttgart.
· Fuente texto y fotos: Turismo de Alemania
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