Encontrar en verano opciones para pasar unas vacaciones lejos de la masificación siempre es posible. Y, aunque cueste creerlo, estas alternativas se pueden encontrar en los lugares más demandados.
Son pequeños oasis donde se respira tranquilidad y, al mismo tiempo, ofrecen atractivos muy chulos para poder disfrutar de esos destinos de una forma muy diferente.
La agencia de viajes online Rumbo ha publicado en su sección “¿Dónde viajar en julio?” una serie de recomendaciones y ofertas para comenzar el verano descubriendo enclaves naturales e históricos a donde no todo el mundo llega.
Canarias: un paraíso para descubrir andando
Si hay un lugar en el mundo que ofrece opciones para todo tipo de gustos es el archipiélago canario. Una de las mejores formas de llegar a donde muy pocos tienen acceso es haciendo senderismo. Recorrer los pueblos de las medianías es palpar de cerca la historia con sus emblemáticos pueblos típicos. Para los más aventureros, están los recorridos por los volcanes. Coronar la cúspide es digno de héroes y, como recompensa, se puede disfrutar de un espectacular paisaje.
París: un castillo y un bosque en la ciudad de la luz
Son casi mil hectáreas de bosque ocultas en un lugar secreto de París. Quien quiera un lugar para estar a solas lo encontrará, sin duda, en el Bosque de Vincennes. Es como una pequeña ciudad dentro de la metrópoli parisina ¿Qué ver allí? Hay un castillo construido en el siglo XV por Luis VII. También hay un zoológico con diversas especies, dos jardines y cuatro lagos. Y lo inimaginable: un templo budista cerca de un hipódromo. Toda una excursión variopinta.
Conoce París en tus vacaciones
Pamplona: más allá de los Sanfermines
En julio Pamplona es protagonista en el mundo por sus tradicionales Fiesta de San Fermín. Los que van estas fechas y quieren huir de las aglomeraciones pueden hacerlo en sus preciosos jardines. La Taconera es un rincón de encuentro con la naturaleza y diversas especies animales. Los amantes de lo más zen tienen el Parque de Yamaguchi, al más puro estilo japonés. Ya fuera de la ciudad, y para los más exploradores, está Zugarramurdi con las cuevas de las brujas ¿Serán ciertas todas esas historias de espiritismo?
Galicia: enclave de islotes y miradores
Las tierras gallegas son una fascinación de principio a fin ¡Hay tanto que ver! Por eso no es de sorprender que todavía haya lugares inexplorados que pocos pueden alcanzar. El Islote de Areoso es uno de ellos. Es una zona natural protegida de arena blanca y aguas cristalinas. Se puede llegar en kayak y el esfuerzo bien vale la pena. Para los que amas las alturas, están los miradores. El Teixadal de Casaio ofrece vistas impresionantes, así como A Serra do Courel y los Penedos de Traba y Pasarela.
Malta: lo mejor está bajo el mar
Es una de las joyas del mediterráneo por su exclusivo collage de paisaje y edificaciones. Comenzando por Valleta y continuando por sus famosas Gozo y Comino. Quien va se enamora. Pero lo mejor está bajo el mar. Malta es una de las capitales mundiales del buceo, gracias a su belleza marina, sus cuevas y a los enormes pecios (barcos hundidos) que quedaron tras largas y agónicas batallas que tuvieron lugar hace décadas. Algunos tienen suerte y hasta pueden ver aviones hundidos de la guerra.
Madeira: los pueblos perdidos del Atlántico
Madeira podrá se runa isla pequeña, pero tiene una variedad de pueblos que son únicos en el mundo y ofrecen una forma distinta y hasta divertida de conocer un cachito del Atlántico. Los hay de todo tipo: de montaña, de playa, de agricultores, de pescadores, de artesanos… Se pueden recorrer en coche, aunque muchos lo hacen en bici o andando. Santana, Vila Valeira y Ponta do Sol, son algunos sitios tan distintos unos de otros que es difícil aburrirse. El plan perfecto para los que creen que en la variedad está el gusto.
· Fuente: Rumbo
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