Los balnearios checos: tu próximo destino

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Aunque el subsuelo de la República Checa está plagado de manantiales, y es posible encontrar un balneario en casi cualquier rincón del país, los más prestigiosos son los que conforman el famoso triángulo de los balnearios checos: Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Františkovy Lázně.

Si bien el primero es de aguas termales calientes, y los otros dos de aguas frías, tienen dos cosas en común: la primera, que se hicieron famosos por el poder curativo de sus aguas, que se toman en baños e ingiriéndolas según prescripción médica; y la segunda, que su prestigio también se debe a los miembros de las distintas monarquías europeas e importantes personajes famosos del Siglo XIX y XX, que los visitaron intentando sanar sus dolencias a través de estas aguas milagrosas o, simplemente, buscando notoriedad en el “place to be“ de la época.


El agua que cura

Quién más quien menos ha visitado alguna vez un circuito de hidroterapia y sabe de sus efectos relajantes, pero la figura del balneario checo va mucho más allá de la mera relajación. Sobre todo porque lo primero que suelen hacer sus visitantes es acudir a los distintos médicos que regentan los centros, para que les prescriban lo que tienen que hacer durante su estancia para curar o mitigar sus dolencias.

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En la mayoría de los casos la recomendación es empezar el día sobre las 6 de la mañana bebiendo una cantidad concreta del agua que emana de las distintas fuentes del balneario, teniendo en cuenta que las propiedades de cada una son distintas. Por ejemplo, en Mariánské Lázně, el agua que sale de la Fuente del Bosque tiene un gusto salado debido a la gran cantidad de bicarbonato y sodio que contiene, estando indicada sobre todo para curar la bronquitis; mientras que la Fuente de Rodolfo contiene calcio y magnesio, elementos recomendados para aliviar la inflamación de las vías urinarias.

Karlovy Vary_columnata_fuente de  serpiente_Ladislav RennerlowPara facilitar esta ingesta, que se repite varias veces al día, y para lo que se utiliza una graciosa taza con pajita incorporada y un sinfín de diseños, muchos hoteles cuentan con tuberías que conectan directamente con los manantiales, y así pueden ofrecer agua mineral en sus instalaciones sin que los clientes tengan que salir tan temprano del hotel.

Pero como hemos comentado, el gran poder de estas aguas es que curan tanto por dentro, como por fuera, por lo que los médicos también suelen recetar baños de 20 minutos de duración, en los que los clientes se surmergen en bañeras de época repletas de agua mineral caliente, sin otra preocupación que dejar que los minerales penetren a través de los poros de la piel y hagan su efecto sobre el cuerpo. Para incrementar los resultados, tras la ablución se cubre al paciente con una sábana y una manta durante 5 minutos, para que el calor ayude a filtrar los principios activos.

Paralelamente, los balnearios ofrecen otros tratamientos, tanto médicos, como los masajes con turba que se hacen en Františkovy Lázně desde que se descubrieron sus importantes yacimientos de este gas mineral, que es beneficioso para tratar problemas del aparato locomotor, afecciones cardiovasculares e infertilidad; como todo tipo de tratamientos de belleza similares a los que se realizan en cualquier spa.


Ambiente de época

Pero si hay algo que distingue a los balnearios checos, especialmente a estas tres preciosas ciudades, es su ambiente aristocrático y de época. Empezando por la espectacularidad de sus edificios y de las columnatas, que en su día vieron pasear bajo sus cubiertas a reyes como Eduardo VII de Inglaterra, al monarca español Alfosno XIII o al Emperador del Imperio Austro-hungaro Francisco José I; por la elegancia de sus jardines de estilo inglés y por las estatuas de escritores y músicos famosos como Johann Wolfgang Goethe o Federico Chopin, entre otros, que decoran sus plazas recordando su paso por allí, y siendo ejemplo de que en su época cualquiera que buscase notoriedad entre las élites debía dejarse ver por alguno de los balnearios más famosos de Europa.

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Frantiskovy Lazne_Ladislav Renner 1lowPara recordar ese pasado glorioso, y como celebración del inicio de la temporada de los balnearios, casi todos ellos eligen el mes de mayo para festejar sus fiestas, en las que casi siempre está presente la música clásica, los desfiles de época, los mercados artesanales y la gastronomía (sobre todo carne de caza –venado, ciervo, codorniz y faisán- y excelentes vinos blancos), especialmente las típicas obleas rellenas originarias de Mariánské Lázně, un producto que a su manera se ha convertido en otro de los símbolos de los balnearios.

Si este verano apuestas por unas vacaciones saludables en un ambiente de época, plagado de actuaciones musicales, escápate a la República Checa y descubre las aguas milagrosas de los balnearios checos.

► Fuente: www.czechtourism.com